viernes, 27 de julio de 2007

Nuevos Dialectos Urbanos

Todo empezó así

Ok. Esto no es una novedad, las urbes constantemente tienen la tendencia a redefinir lenguajes, adaptarlos a sus necesidades comunicativas para crear experiencias de lecto-escritura inéditas. Así como en su momento se comenzó a degenerar el lenguaje con los mails, luego con los servicios de mensajería instantanea (en su momento dominio exclusivo de ICQ y MSN Messenger), y ahora finalmente con los mensajes de texto entre celulares.

Aún cuando estas recientes vias de comunicación alteran el lenguaje profundamente, generando expresiones completas a partir de unos pocos caracteres.

Pero desde mucho antes que estas nuevas epopeyas comunicativas tomaran forma, sin darme cuenta ya había definido un lenguaje completo, nuevo, simple... pero con muy pocos adeptos. Reconozco que debo repartir créditos con un íntimo amigo, Eduardo, un creador visionario de personajes y situaciones. De hecho, toda la definición del lenguaje se basa en su propia experiencia de necesitar nuevas formas de comunicarse con sus pares encontrandosé en un obvio estado de ebriedad y con sus capacidades linguistico-interpretativas mermadas casi al estado de la inutilidad.

En fin, volviendo sobre el lenguaje en si mismo, permite comunicarse con cualquier persona siempre y cuando esta persona realice solo preguntas. Entiendase, no permite una comunicación fluida, pero en más de una oportunidad será útil remitirse solo a las expresiones básicas solo con la intención de evitar mayores problemas. Vease como un álgebra que nos permite reproducir nuestro lenguaje cotidiano pero sin las desventajas de hablar de más, y por lo tanto evitando situaciones en las cuales a uno se le escapa un "...y entonces, re-mamadasasos, nos fuimos de putas en un taxi afanado..." frente a los suegros.

Toda el "álgebra comunicativa" se basa en las siguientes expresiones:
  • Si
  • No
  • El Asado
Es imprescindible no usar expresiones fuera de estas pocas palabras. Se garantiza por escrito que:
  1. Se evitará filtrar información confidencial al estilo de "... y entonces le empezamos a pegar al monaguillo con una cadena de bicicleta..." o "... los de Nueva Chicago son todos putos, en especial el gordo salame ese que me está mirando ahora mismo y corre hacia mi con un palo en la mano..."
  2. El interlocutor probablemente se harte de nuestras respuestas parcas, sin sentido y fuera de contexto, por lo que no nos dirigirá la palabra demasiado tiempo, asumirá nuestro estado de ebriedad y nos dejará disfrutar de nuestra merecida resaca con tranquilidad.
Veamos como se aplica esto en una situación de la vida cotidiana. Llega el señor E(duardo) a su casa, en un horario más propicio al de ir a hacer las compras que de desayunar (ya de dormir ni hablar) y con el aroma de sus encías más similar a la fábrica Porta que al de un ser humano (podría aclararse también que el contenido en sangre lo podría volver inflamable). No solo se ve condicionado en la vista, oido, fluidez de movimientos o habilidad de mantener la vertical, sinó que además ha olvidado las llaves para ingresar a su hogar. Lamentablemente no podrá ingresar rápidamente a la casa y acostarse evitando todo contacto humano, sinó que el escenario será el peor posible: tocar el timbre, comunicarse con sus padres, intentar parecer natural y despabilado y además dar explicaciones respecto de porque no puede hacer ninguna de esas tareas como una persona normal.

El dedo se aventura hacia el timbre, probablemente presionandolo demasiado tiempo. Primer error, ya eso no fué natural y ha despertado la alerta de aca-hay-algo-raro de sus padres. Se acerca su padre a la puerta preguntando a su interlocutor su nombre, una voz del otro lado de la puerta responde "Egbuardo". Segundo error, el balbuceo ya indica la ebriedad del sujeto. La puerta se abre mostrando la imágen del padre en musculosa, pantalón corto y pantuflas... y visiblemente molesto por la situación. Aquí es cuando hay que empezar a usar el lenguaje provisto anteriormente, pero con la particularidad de que el ebrio personaje estuvo todo el tiempo que duró el severo interrogatorio limpiandosé los pies en el felpudo de entrada (Tercer error... falta de coordinación motriz).

- Viste que hora es?
- Si
- De donde venis?
- El Asado
- Estas en pedo, no?
- No
- Tomaste mucho?
- Si
- Pero que pendejo de mierda, querés comer algo?
- Si, El Asado.
- No habrás manejado, no?
- No
- Y a donde se fueron después que recién caes?
- El Asado
- Otro asado más?
- Si
- Y en donde lo hicieron que se te hizo tan tarde?
- El Asado
- Si ya se que era un asado, pero en donde, en la casa de un amigo?
- No

Y así podría continuar la conversación indefinidamente, pero es fundamental que el interlocutor haga preguntas. En caso de que intente seguir la conversación sin hacer preguntas directas, solo resta quedarse callado (en este caso particular, el sujeto continuó limpiandosé los pies en el felpudo).

Recuerden este lenguaje aquí provisto, puede ser de utilidad para situacciones complicadas, incluidas las típicas "Decime quién es esa pendeja de mierda con la que te vieron tranzando en el subte!" o "Digame porqué no cierran los números de la caja o lo rajo a patadas!".

¿Sirve? Si. ¿Es seguro? No. ¿Porque? El asado.

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