lunes, 23 de marzo de 2009

Lista de Quehaceres de un Desempleado

unemployment

  1. Hacer lista
  2. Tachar el ítem #1 (listo)
  3. Robarme el pad del trabajo anterior (listo)
  4.  
  5. Pensar ideas para crear una cuarta tarea
  6. Navegar por Internet (listo, listo, listo, listo, listo…)
  7. Decirle a mi esposa que envié 10 currículums (listo)
  8. Postear “Lista de Quehaceres de un Desempleado" en Internet (listo)

Día Sandwich (con chips de chocolate)

Hoy, Lunes 23 de Marzo, es un día-sandwich. En realidad no es per-se un día-sandwich, es más bien el queso en un emparedado de días libres, pero le voy a llamar día-sandwich solo porque se me viene en gana, en favor de la facilidad de escritura por sobre la correctitúd semántica del contenido.

Si tuviera que reencarnar en un día, no me gustaría ser uno de esos, no señor. El pobre día-sandwich carece de cualquier significado e importancia, porque tanto el día que lo precede como el que lo continúa son días con menos significado aún, pero lo superan en importancia porque son días de descanso muy esperados por la sociedad en general. Así, el día-sandwich es como un petiso rodeado de gordos en el subte: apretado, fuera de vista, nadie repara en él; y es en el transporte público donde uno puede observar la actitud general de la gente hacia él: todos viajan con cara de “bueno, vamos a soportar este día hasta que termine, total mañana duermo hasta tarde!”. Así, la idea es solo digerirlo, ni disfrutarlo ni sufrirlo, solo estar en cuenta regresiva hasta que el reloj anuncie el final de las actividades diarias. Dudo mucho que los grandes descubrimientos de la humanidad hayan sucedido en un día como este.

TwoScientists- Que hacemos hoy, anunciamos la cura del cáncer?
- No, lo dejamos para el miércoles. Si hacemos el anuncio hoy recién lo va a poner el diario mañana y no lo va a leer nadie. Mejor limpiemos un poco y nos vamos de joda apenas empiece el martes, que es un día divertido, no como hoy, maldito lunes-sandwich aburrido y sin sentido!!!
(Basado en una historia real que da un fondo científico al análisis del día-sandwich)

En cierta forma, el día-sandwich me hace acordar a la última masita del paquete. Supongamos, para el ejemplo, la última Pepitos. Ella sabe que será dejada de lado y despreciada por todos los que disimulan la glotonería y evitan comerla para no parecer unos cerdos que se comen todo, además de mostrar poca cortesía al resto negándoles la oportunidad de comer la masita restante. Así, por dieta o costumbrismo, la pobre Pepita (vamos a antropomorfizarla un poco) queda sola en el plato o paquete y ve con horror su futuro junto a cáscaras de banana y demás desperdicios que habitan el cesto de basura. Hasta puedo adivinar sus pensamientos luego de que, en la fábrica, se arma el paquete y siente contra su espalda el frío del plástico contenedor, momento en el que adquiere conciencia plena de que es la última masita y todos sus ruegos apuntan a que quien quiera se digne a servir el té abra el paquete equivocadamente por el extremo opuesto, y que sea ella la masita que sabe a gloria y es masticada con fervor, para dejar con el sabor del desprecio a la que ahora se encuentra en la cima. Pero desde que pusieron la bendita tira roja para que sea más fácil consumir el producto, cada vez ocurre menos. Y Pepita lo sabe.

Pepitos 126g Ahí esta Pepita. Siéntanse mal por ella.

Diferente suerte corren las que vienen en paquete grande, porque están sueltas y la probabilidad es uniforme. A no ser que la masita en cuestión sea de las que llevan ese dulce rojo, duro y pegajoso que no quiere nadie. Y nada peor que desayunar con esas masitas en un día-sandwich, la peor forma de empezar el día. Menos mal que se termina pronto.

jueves, 19 de marzo de 2009

La “Otra”

Mientras mi esposa descanse en los brazos de Morfeo, presa del sopor del sueño, yo voy a estar muy despierto por la noche, brindándole toda mi atención a ella… a “la otra”.

Hace un buen tiempo que no nos vemos, y si bien he tenido noticias suyas, no he gozado de su compañía. Es cierto, nuestro último encuentro no fue de los mejores. Hubo bronca… hubo tristeza… hubo llanto…, y aunque ese momento ahora parece lejano el recuerdo es latente y visceral.

La vi en fotos, está muy cambiada, ya no usa maquillaje ni bijouterie. Pero el look simple y despojado le sienta igual de bien que cualquier otro.

Nos vemos en 10 días, colorada.

 
deh0919fe49

Quiero Camas Separadas

No, mi matrimonio no está pasando por un mal momento. No peleamos, no estamos viendo otras personas, no es que necesite un espacio íntimo para mi. Simplemente la criatura que tengo dentro grita con todas sus fuerzas necesito dormir en una de esas camas.

cama_batimovil Cama estilo Batimovil

 

cama_ferrari Cama estilo Ferrari F1

Tengo que reconocer que puede llegar a ser muy difícil convencer a las damas de hacer ciertas cosas en una cama de ese estilo, a no ser que se trate de Danica Patrick o alguna friki que nos levantamos en una convención de comics.

Interesados, los textos de las fotos llevan derechito a la página de MercadoLibre donde están a la venta.

martes, 17 de marzo de 2009

Por Favor, Cocinen Mi Pescado

Hay muchos tipos de hipócritas. Están los que van al laburo y cumplen las 8 horas sin hacer nada productivo pero de todas formas insisten en ser puntuales; están los que viven siempre a la vanguardia, disfrutando de sus 4x4 y yates en las costas del país mientras en el momentáneamente solitario departamento que los cobija durante las épocas menos cálidas se apilan las intimaciones de pago; están los que van a un recital solamente por decir que fueron y no se saben ni las letras. Y después están los Suchícritas. “¡¿Los qué?!” se estará preguntando el lector, y paso a explicar: los sushícritas son los hipócritas del sushi, personas que detestan la sola idea de introducir trozos de pescado crudo en sus bocas, pero lo hacen de todas formas en un intento por respetar ciertas convenciones sociales ligadas al grupo de personas que los rodea.

Casi podría verse como un medicamento. Viene en una dosis bien especificada, hay que comerlo de un solo tirón y el sabor no es exactamente una explosión de sensaciones. Además, por la cara que ponen algunos en el momento que sus papilas gustativas toman contacto con el mismo, podría jurarse que están tomando Reliverán. Pero no es un medicamento en el sentido tradicional, aunque nadie discute las bondades del Omega 3, sino que opera más como una vitamina social capaz de potenciar y fortalecer vínculos con aquellos que si disfrutan de la falta de cocción en sus frutos de mar.

Tradicionalmente, el sushi es un tipo de plato favorito entre las altas clases sociales y alto poder adquisitivo… como así también entre los pescadores chinos sin estudio que viven en chozas a la rivera de los ríos. Por puro sentido común, vamos a asumir que nuestros sushícritas quieren vincularse al primero de los grupos mencionados. El sushícrita es de un tenor social inferior a quien intenta adular, pero superior al del pescador chino: es un mediocre con todas las letras.

Así nuestro sushi-conformista accede a todas las invitaciones de aquellos que representan sus perspectivas de vida aún no materializadas solo para poder sentirse como ellos por un momento y pertenecer al grupo del cual todavía se siente excluido, aún cuando todo su cuerpo pretende exclamar estoy comiendo esta porquería cuando claramente prefiero un Whooper Extreme y que me agranden el combo. Claro, hay gente que disfruta del sushi porque realmente le gusta, y sería incorrecto referirnos a ellos como sushícritas, son simplemente personas con gusto por lo exótico, y no hay ninguna objeción contra ellos dado que no existen  rastros de hipocresía en su actuar.

Finalmente, están los que van a un restaurant de comida oriental y desconocen la existencia del sushi o en que consiste, pero abrumados por la cantidad de opciones impronunciables que ofrece el menú se decantan por este tipo de plato que, al menos, han sentido nombrar en algún canal como Lifestyle TV o similares. No es de sorprender que breves instantes luego de que el plato ha sido depositado en la mesa, el comensal llame al mozo para anunciarle con expresión severa: “Mozo, esto está crudo”. La expresión severa muta hacia la vergüenza y la resignación de no poder cambiar el plato dado que, de hecho, está perfectamente bien preparado. Toma un roll con la mano, porque como es previsible, no sabe utilizar los chop-sticks, y lo acerca a su paladar. Y es aquí el momento bisagra de todo el asunto: esta persona está en la encrucijada que determina su futuro como amante del sushi, o como suchícrita.

Personalmente, prefiero mi pescado cocido y evitar esa bifurcación.

jueves, 12 de marzo de 2009

Segmento Humorístico

Anoche mientras chateaba vía MSN con mi queridísima cuñada, se me hizo la siempre inoportuna solicitud de “contate un chiste”, la cual siempre viene en el momento menos esperado y sin ninguno de esos breves relatos humorísticos a mano. Como puedo ser cualquier cosa menos alguien que defraude en el humor, no tuve más remedio que improvisar, ejercicio del cual pude rescatar los chistes que a continuación dejo para el disfrute/horror de los lectores. Solo tengan en cuenta que son totalmente originales y no los escuché en ningún otro lado (ni creo que los vaya a escuchar).

Chiste 1
1º Acto: dos amigos pelan una manzana, y la pelan bien.
2º Acto: dos amigos pelan una pera, y la pelan exitosamente.
3º Acto: dos amigos pelan una banana, y la pelan en forma correcta.
¿Como se llama la obra?
Los Exitosos Pells


Chiste 2
1º Acto: una pareja recién casada compra un montón de higos.
2º Acto: un matrimonio tiene una higuera en el patio.
3º Acto: como regalo de bodas, una pareja recibe un cajón de higos.
¿Como se llama la obra?
Casados con Higos


Chiste 3
1º Acto: dos musculosos se bañan juntos.
2º Acto: los dos musculosos se agarran a piñas mientras se bañan.
3º Acto: los dos musculosos y un árbitro se enjabonan mutuamente mientras se bañan.
¿Como se llama la obra?
100% Ducha


Siéntanse libres de agredirme físicamente por la porquería de chistes que acabo de contar.

lunes, 9 de marzo de 2009

Cocinando En La Cama (Revolcándose en la Cocina)

Muchas veces me encuentro realizando otra actividad cuando de pronto me siento mojado por la inspiración. Y que conste que he dicho mojado en lugar de iluminado porque en raras ocasiones la inspiración me llega por medio del gran Febo, sino que en mi caso es más frecuente que me llegue cuando atiendo mi higiene personal debajo de la ducha. Si a esto le sumamos que no soy impermeable, la expresión mojado por la inspiración parece la más adecuada para describir la sensación que me impulsa a escribir con cierta periodicidad.

Y lo que me humectó mentalmente esta última ocasión fue la similitud que existe entre el acto de cocinar y el de tener relaciones sexuales. Si, así como lo leen, creo que ambos ritos son prácticamente equivalentes y están estrechamente vinculados entre sí, no solo por expresiones como “te voy a comer toda” o la necesidad de ciertas personas de untar/distribuir sustancias alimenticias sobre el cuerpo de sus compañeros/as de cama, sino que se se ven emparentadas desde la misma dinámica elemental que los define.

Preludio
La primera parte es la preparación previa al hecho en si mismo. Tanto a la hora de la ingesta como a la hora del intento copulatorio, es necesario un arduo trabajo de preparación. Naturalmente, ambos empiezan con un paso fundamental plenamente consumista: ir a comprar algo. En un caso se trata de un viaje al supermercado para adquirir los bienes necesarios y con los cuales se deberá llevar a cabo la cocción (o armado en caso de que se haya optado por alimentos crudos como el sushi); en el otro caso será necesario algún tipo de regalito, comisión o incentivo que se de agrado por la persona a quien se intentará convencer de incurrir en el acto sexual.
Ya con todo lo necesario, procederemos a la cocción en si misma. Será necesario preparar vegetales, carnes o legumbres, cocinarlos, sazonarlos, prepararlos de acuerdo a la receta preferida y finalmente servirlos en la mesa para prepararlos a la ingesta por parte de los comensales en un caso; mientras que para el otro también nos apegaremos a una “receta” infalible de frases, miradas y caricias que irremediablemente llevará a la contraparte a disponerse física y hormonalmente para el inicio de las festividades cárnicas.
Como siempre, el plato deberá acompañarse con alguna bebida alcohólica que eleve el espíritu y alegre los corazones hasta el punto de la ebriedad y el desenfreno.

Acto Principal
Bueno, aquí es donde estábamos buscando llegar. Toda la preparación previa tenía como intención este preciso momento, en el cual uno saborea el delicioso plato que ha sido servido, se deleita con los sabores, las texturas y los aromas hasta que uno descubre que el plato ha quedado vacío. De acuerdo a lo trabajado previamente, se podrá disponer de una segunda vuelta para tener el doble de disfrute y maximizar la sensación de plenitud, pero no hay mucho más que eso. Quizás algo de postre, pero el main-course se ha terminado. Rápidamente se establece la analogía entre el plato y el compañero/a de turno, creo que no es necesario extenderme en ese detalle.
Lo que si vale la pena mencionar es la forma en la que se ha disfrutado lo servido. Puede ocurrir que lo que nos ha tocado sea una bazofia incomible, que no hemos podido terminar y por eso hemos tenido que fingir lo delicioso que estuvo pero lamentablemente ya estamos llenos; o estamos en la situación opuesta y se ha tratado de algo tan delicioso y sublime que nos hemos acabado el plato demasiado rápido… y obviamente nos quedamos con hambre y ganas de más.

Desenlace
Ya cocinamos, preparamos, arreglamos, comimos… pero quién dijo que ya nos podemos ir a casa o recostarnos a dormir plácidamente? Todavía hay que levantar la mesa, lavar los platos, acomodar todo y además entretener a nuestro huésped para que no se distraiga o se sienta olvidado; lo que en la cama es conocido como el ritual de los mimos, abrazos y charla post-coito solo con la intención de que quien nos acompañe se sienta reconfortado. Seguramente aprovecharemos también para discutir acerca de que tan bien estuvo la cena, aunque estamos plenamente conscientes de que no se atreverían a decirnos la verdad en caso de que hayamos cocinado un fraude.

Conclusión
Tanto en la cocina como en el sexo, uno se demora mucho más preparando todo antes y acomodando todo después, que realmente disfrutando del hecho. Eso suponiendo que, en el proceso, realmente se haya disfrutado algo. Quizás por eso muchos prefieren el delivery: discás en el teléfono, pedís lo que querés, a la hora te lo llevan a tu casa, pagás, disfrutás, tirás el envase y te ponés a ver la tele.

domingo, 8 de marzo de 2009

Pequeño Tributo a la Mujer

Ciertas verdades nunca deberían salir a la luz.

20060522 - Estos pantalones me hacen ver gorda?
- No, pero tu ENORME trasero si!

¡Feliz Día de la Mujer!

jueves, 5 de marzo de 2009

Palmas!

Ciertas características, conferidas ya sea por puro proceso evolutivo o bien por mero aprendizaje heredado a lo largo del tiempo, nos diferencian del resto de las especies que habitan este planeta y nos señalan como aquellos más inteligentes y capaces. Cerebros más grandes, pulgares opuestos, desplazamiento erguido, uso de vestimenta, conciencia del bien, del mal y de nuestra propia existencia, creencia en un Dios invisible y poco dispuesto a manifestarse, capacidad de amar; solo algunas de las cualidades que se podrían mencionar. Pero no por muy evolucionados que nos supongamos nos vemos exentos de ciertos rasgos primales que, muy a nuestro pesar, dejan por las claras que no cesamos de responder a los instintos básicos que nos permitieron sobrevivir a lo largo de las eras.

Pero atención amigo lector, lo que le voy a contar difiere mucho del típico análisis respecto de cuan involucionados somos a pesar de tanta evolución. No voy a hablar de odio, guerras, de la escoria humana que nos subyace obligatoriamente y nos lleva a pisar cabezas para escalar peldaños sociales en forma seguro muy similar a la usada por nuestros antepasados cavernícolas, excepto que ellos se expresaban mediante pictografías en cavernas y nosotros lo hacemos con diminutas cámaras digitales ubicadas en el reverso de teléfonos celulares. No voy a hablar de nada de eso, voy a hablar de algo que está en la palma de nuestras manos. Clap, clap, clap… voy a hablar del fenómeno del aplauso.

Imagínese en un restaurant relativamente lleno, con alguna mesa vacía pero sin espacios despoblados. Todos comen, beben, dialogan, beben nuevamente. De imprevisto, desde algún punto del restaurant se comienzan a escuchar los aplausos seguramente pertenecientes a un festejo. Notorio es como los comensales suspenden la ingesta y el diálogo, para estirar el cuello y buscar interesadamente con la vista el lugar del que provienen los aplausos. Una vez encontrados, el sujeto fija su vista en quienes los hubieren iniciado hasta en tanto el ritual del aplauso finaliza, momento en el cual los espectadores volverán a la rutina habitual del restaurant; o bien se incorporan eufóricamente colaborando con el golpe de palmas a pesar de no tener ninguna relación con aquellos otros que iniciaron  todo este asunto. Visto de esta forma, el aplauso funciona casi como un reflejo de Pavlov que toca alguna fibra íntima y primitiva que ante el sonido característico moviliza grupos enteros de personas a ejecutar las instrucciones suspender actividad actual – buscar origen de los aplausos – unirse con aplausos propios hasta finalizar – retomar actividad actual. Y por ese momento, solo por ese momento, somos un montón de monitos que aplauden, motivados por vaya uno a saber que condicionamiento grabado a fuego en aquello que nos hace humanos.

Lo mismo sucede en eventos, actos, shows musicales o teatrales, o cualquier tipo de presentación de relativa importancia. Mediante el aplauso el rebaño momentáneamente involucionado a lo que prácticamente es un zombie manifiesta su aprobación total a lo acontecido, y lo celebra con fervor.

Pero no todos los espectadores parecerían demostrar el mismo grado de cohesión con sus pares en la manifestación del aplauso, dado que no lo inician sin algún disparador que los alerte de la situación que se está viviendo (nuevamente, muy a lo Pavlov). Dicho estímulo suele ser otros aplausos iniciados con anterioridad, pero no es la única vía utilizable, como lo demuestra la siguiente imágen:

applause-sign1-702986 Cartel de Aplausos

Ese tipo de carteles se utilizan para informar gráfica, directa y sin lugar a dudas que quienes lo observen deben incurrir en el acto grupal del aplauso, lo que los inhabilita a pensar por unos momentos muy bien aprovechables para la introducción de mensajes subliminales por parte de quien encendió el cartel. Similar a esta situación es la provocada por algún integrante de la manada que al grito de “Vamos che, aplaudan carajo!” mientras se golpea las manos con violencia y sonoridad, incita al resto a hacer lo mismo. Similar a este sujeto es el archiconocido tío con apodo gracioso que grita “Vivan los novios” ante cualquier unión civil o religiosa que lo permita.

Una variante del fenómeno se trata del acompañamiento rítmico de palmas junto a la música en vivo, pero no así la grabada. Observable fácilmente en festivales regionales, unos pocos acompañan el ritmo de la música con palmas y pronto son seguidos por el resto de los concurrentes y con admirable sincronización. Así, el reflejo de Pavlov de las palmas (como he dado en llamarlo) funciona no solo en eventos aislados sino que funciona perfectamente ante la prolongada reiteración, exponiendo a los afectados a un mayor período de tiempo de vulnerabilidad mental.

Otra variante es perfectamente observable sin demasiada dificultad en la zona de la costa, donde las palmas acuden al rescate de menores extraviados funcionando como un dispositivo señalador de proximidad del niño perdido (similar a un radar tipo doppler), con la esperanza de que los padres se percaten de que han perdido rastro de una de sus crías y salgan en su búsqueda, situación válida siempre y cuando estos no crean que el niño está jugando con amiguitos y perfectamente a salvo. Porque realmente no tiene sentido encontrar algo que nadie está buscando.

Demostrada ya la intrínseca relación entre el fenómeno del aplauso, las raíces mismas de nuestros orígenes y la forma de aprovechar esta situación como técnica de movilización de masas, abandono este post diciéndoles:

Aplausos por favor (suscríbanse al blog).

miércoles, 4 de marzo de 2009

Espejo Estimulante

Porque un motor de carreras bien afinado es como una orquesta sinfónica ejecutando soberbias piezas musicales. Porque ciertas normas están hechas para romperse, como por ejemplo cualquier normativa indicada por un cartel que indique velocidad máxima. Porque los mates del domingo a la mañana son mucho más ricos con el agudo, irritante y delicioso sonido de un F1 transitando a fondo la Variante Ascari en Monza. Porque todos aquellos que manejamos un vehículo, en el fondo tenemos un pequeño piloto de carreras tirando cambios y rozando los pianitos invisibles que nuestra imaginación proyecta en cada esquina. Por todo eso y mucho más, este pequeño mensaje estimulante a los pilotos frustrados del mundo:

objectsinmirror

LOS OBJETOS EN EL ESPEJO

ESTÁN PERDIENDO

 

Por si no saben de donde sale esto, la mayoría de los autos americanos incorporan en la sección inferior de los espejos retrovisores externos un adhesivo que indica Objects In The Mirror May Be Larger Than They Appear (Los objetos en el espejo pueden ser más grandes de lo que parecen).

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