Patio De Comidas Celestial

Hoy estuve pensando ligeramente acerca de la cuestión de las religiones, sus características, sus fieles, sus rituales, sus creencias más profundas y la mera razón de su existencia. En realidad me limité a hacer chistes que merecen un llamado de atención de parte del INADI, pero prefiero ponerme a mi mismo en una posición culturalmente más elevada solo para dármelas de filosofo un rato y poder mofarme de quienes están por debajo de mi pedestal mental.

Desde One Of My Turns haremos todo lo posible para
que esto no suceda. Los niños con gigantismo nunca
dominarán el mundo. ¿Me escucharon? ¡Nunca!

Tanto desvarío mental con dioses y deidades varias terminó generando en mi la imagen de un gran patio de comidas, donde cada uno puede encontrar un expendio de religión rápida que se acomode a su paladar. Así los budistas se acercarán a quien ofrezca el menú vegetariano; los católicos se alinearán para consumir pastas en el stand de la religión Católica, con sede en Italia pero con franquicias por todo el mundo; los islámicos inevitablemente deglutirán en Shawarma King; los taoístas se decantarán hacia las ofertas de sushi, comida china (aunque insisto, solo le llaman comida) o porque no un buen salteado al wok en Magic Dragon. Los pecadores sin rumbo siempre tendremos los lugares de comida rápida, reflejo fiel del capitalismo salvaje al que entregamos nuestra alma a diario; los ateos siempre podrán argumentar que no tienen hambre y se conforman con un cafecito.

 
Quiero creer que no soy el único que ve el parecido. Y
quiero creer que Ronald McDonald no la tiene así de grande,
aunque explicaría la cara de orto del payaso de IT.

En las religiones, al igual que en los patios de comida, uno puede pedir combos convenientes y que tienen más o menos lo que uno anda buscando: “Hola, si… estem… dame un dios mediano, con papas pecadoras poco restrictivas y ritos de domingo sin hielo”. Los verdaderos fanáticos siempre tienen la opción de agrandar sus combos para agregar nuevos pecados de los cuales sentirse culpables y gaseosas más grandes para empezar a beberlas bien desde temprano los domingos por la mañana y que la frescura de sus almas renovadas dure al menos hasta el otro día. Nunca faltarán tampoco aquellos con ofertas politeístas con combos a modo de stackers o raciones de doble, triple o hasta cuádruple hamburguesa. Es que para algunos con una sola no alcanza, por más buena y generosa que sea. Tal es el caso de la religión Católica y su Combo Santa Trinidad, que en una sola hamburguesa de pura fe vacuna agrupa tres deidades diferentes. Eso sí, la gerencia afirma que la hamburguesa es en esencia una sola.

¿Todavía no probaste la nueva McJesus? Es una deliciosa
hamburguesa de 100% carne de Jesús, acompañada con queso
cheddar, lechuga fresca, rodajas de tomate, salsa ranchera,
aros de cebolla y gaseosa burbujeante

Algo que siempre me pareció curioso de la religión católica es el asunto del pecado original, pero como todo el dogma de la fe se basa en “No hagas preguntas. Plantear cuestionamientos es una falta de fe y contradice el resumen de todo el libro este que habla de zombis y embarazos milagrosos” entonces no he tenido la oportunidad de que mis dudas sean debidamente aclaradas. Mi gran incertidumbre pasa por si el pecado original existe desde el primer momento en el que nacemos, y si es así, ¿si me hago budista entonces no me lo perdonan nunca? ¿o entra en vigencia solo justo antes del bautismo, cuando la elección de algo en que creer me acaba de ser revocada? Volviendo a la simetría con el patio de comidas, el pecado original me parece extremadamente similar a dejar una seña por los cubiertos de metal: en ambas situaciones estás en deuda solo si ya decidiste el lugar donde vas a comer. Devolvés los cuchillos, te devuelven la seña; te bautizás, te devuelven tu alma libre de pecado. Pero mientras no te decidas de que fe vas a comer, no le debes nada a nadie.

Aquellos con pecado original sin crackear, levanten
la mano y digan “yo tengo una mente sucia y entendí
perfectamente el doble sentido”.

Después de todo, el objetivo final de las religiones es que asciendas de una u otra forma: algunas indican que hay que esforzarse y estar arrepentido para ir al cielo, otras que eleves tu espíritu alcanzando el nirvana, otras que cobres vuelo y estampes tu avión contra algún edificio; en definitiva, que te despegues un poco de la tierra. Debe ser por eso que en la mayoría de los centros comerciales el patio de comidas queda en el piso más alto.

Parece coherente hasta para quienes creen en los
dioses del rock. Aunque convengamos que a esta altura
la Stairway To Heaven podría ser mecánica. Y la cochera
tampoco es la gran cosa.