viernes, 24 de agosto de 2007

Educación Prematura, Camino a Ser Machito

Solo para entendidos

Es increible como desde chicos nos van diciendo frases que igual de grandes siguen siendo perfectamente útiles. Desde los consejos obvios al estilo de "No metas los dedos en el enchufe" o "Te vas a quemar, no seas pelotudo" hasta otros mucho más profundos y técnicos, como "El principio de Arquímedes es el que dice que todo cuerpo sumergido en un líquido experimenta un empuje de abajo hacia arriba directamente proporcional al volumen y densidad del líquido desplazado", nuestros padres se hartaron de enumerar cosas en la vida que tenían utilidad absoluta.

Pero si con los años sabemos cambiar la perspectiva de como vemos las cosas, empezamos a notar que había multitud de expresiones que intentaban resguardarnos de una realidad desconocida para nosotros en nuestra infancia: casi todos los peligros que nos acechan son gay. Evaluemos algunas de nuestras advertencias de la infancia y como son claramente homofóbicas:
  • A todos en algún momento nos dijeron "Se mira y no se toca", probablemente frente a algún objeto de incalculable valor para nuestros progenitores y que obviamente más tarde nos encargamos de destruir de alguna forma u otra. Pero el "Se mira y no se toca" en realidad es una frase que se graba en nuestro inconsciente y pretende alejarnos de los travestis. Ya de niños nos inculcaban que si vemos un trabuco en la calle está hasta cierto punto permitido mirarle el culo víctimas de nuestra confusión, pero bajo ningún punto de vista deberíamos refregar la palma de nuestras manos contra las nalgas del travesti.
Mc Hammer nos dice "U can't touch this" mientras para el culito.
Obviamente es travesti.

  • Almuerzo al mediodía, afuera un frío que te deja los pelos de la nariz haciendo tiki-tiki. Por lo tanto va a haber sopa, y ante nuestras quejas sobreviene la frase "Si no te tomás la sopa, va a venir el viejo de la bolsa y te va a llevar". Claramente, si desafiamos al sexo femenino, entonces vamos a terminar de camping con algún señor mayor, ambos metidos en una bolsa de dormir haciendo cucharita. Además que venga y nos lleve por la fuerza implica claramente el rol activo del individuo en cuestión, y posiblemente algo de sado involucrado en la situación.
Este niño no quiere tomar la sopa y lo están obligando. Futuro Polino.

  • Este tiene que ser uno de mis preferidos, y es que de chicos siempre nos hacen tenerle miedo a figuras que salen del armario o del ropero, independientemente de la forma que asuman sabemos que debemos evadir a toda costa ser hostigados por los habitantes del closet. Claramente esta referencia homosexual pretende mantenernos al margen de los individuos que pretenden permanecer ocultos de su condición sexual, pero más fuerte aún es la indicación de que debemos evitar el contacto con esas criaturas una vez están fuera del mismo, que es cuando se vuelven una amenaza real para nuestra salud. Eventualmente, si tomaramos contacto con esas criaturas sabemos que terminariamos dentro del closet junto con ellos para engrosar sus filas.
Claramente esos sujetos son gay. Uno tiene el típico disfraz de obrero, y el otro un saco de piel de colores vibrantes y primaverales. Esto también explica porque se asustaban de la niña.

  • Otro personaje nefasto es el Ratón Perez. Este roedor capitalista de piezas dentales es el personaje imaginario que se lleva nuestros dientes de leche cuando somos niños y nos deja dinero por cada uno de ellos. A nuestra corta edad no tiene mucho sentido, pero igual no averiguamos demasiado porque deja buenos dividendos. Pero lo que no sabemos es que a futuro eso nos conlleva a la moraleja de que si no cuidamos nuestra dentadura, vamos a terminar siendo gays. Dado que la falta de higiene bucal debilita las encías puede prducir la caida de las piezas dentales, tornandonos menos atractivos para el sexo opuesto pero mejor posicionados antre nuestros pares varones dado que para los gays la ausencia de elementos cortantes en la cavidad bucal es de vital importancia. Sabemos otra cosa más, y es que el Ratón Perez se mete debajo de la almohada, siendo de esta forma inevitable que al respirar nos sople la nuca. Además nos deja dinero, es decir que nos ha contratado para suministrarle un servicio. Inevitablemente de adultos la falta de limpieza bucal nos lleva a ser taxi-boys.
Aquí vemos a este puber recibiendo una soplada de nuca cortesía de un Ratón Perez con evidentes problemas glandulares en la parte posterior de su cabeza.

  • La existencia de Papá Noel (y su posterior desmentida una vez que ya hemos capturado el concepto) también es algo plenamente gay. El solo hecho de insinuar que durante la noche va a entrar un hombre notablemente peludo ("oso", en la jerga de las mariposas) a dejarnos un regalito... es bastante problemático. Más problemático aún cuando hay una condición de por medio: para que Santa nos de el regalo, hay que portarse bien. Esto claramente nos introduce a un juego de sumisión en el cual hay que portarse bien, estar calladito y hacer lo que ese sujeto panzón y peludo desea. Claramente la consigna es los hombres de verdad se portan mal, intentando de esta forma que en nuestra avanzada adolescencia hagamos desastres y tengamos una conducta más propia de un leñador borracho y ligeramente violento que la de un decorador de interiores.
Los 7 enanos gay de Santa, todos previamente niños que se portaban bien y fueron
invitados al juego de sumisión del gordo regalón.

  • Algo similar ocurre con los Reyes Magos, pero por triplicado. Además agrega un condimento extra, y es que dejan regalo solamente si dejás los zapatos en la zona designada previamente. Es harto sabido que los gays prefieren el uso de chinelas, ojotas, sandalias o cualquier calzado más propio de Sarah Jessica Parker que de un soldado soviético. Claramente nuestros padres están inculcándonos que usemos nuestro calzado, probablemente como medida preventiva para evitar la liberación de nuestros pies y el resto de nuestro cuerpo. Relacionada a este hecho viene la constante advertencia de nuestros padres de "atate los cordones o te vas a caer", donde "caer" obviamente son las siglas de "Comer Algún Entrecot Robusto". Como si eso no fuera poco, a diferencia de lo que ocurre con Santa que deja sus renos en el techo, los Reyes Magos hacen pasar sus camellos en un intento obvio por introducirnos a la homo-zoofilia. Indagando más profundamente en el aspecto de estos tres sujetos empezamos a notar otras características super-gay, como la vestimenta de drag-queens, las coronas y abuso de joyería en general, y finalmente la incorporación de un hombre de color. Con todos esos ingredientes, estamos en condiciones de afirmar que los Reyes Magos son lo más gay de nuestra infancia, incitandonos a fiestas interraciales y la homo-zoofilia, como así también a adoptar la vestimenta clásica de un drag-queen.
A estos chicos les apretaban los zapatos. Y se los sacaron. Y quedaron así de trolas.
Ajustate los cordones, no seas pelotudo.

1 comentario:

Fernando Sydor dijo...

Fian, como siempre. Un Diez+ en tus escrituras.... Sos un caño... me re cague de risa con la nota.
Un abrazo, loca.

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