Rolando Rivas, Marxista

Voy a hablar de esto

Se perfectamente que la tira original recibe por nombre Rolando Rivas, Taxista, el título no es un error producto del desconocimiento ni tampoco uno tipográfico. Es una denuncia directa a como esta serie (secundada por cualquier novela de la tarde) inundó nuestros televisores con propaganda comunista, intentando lavar nuestras mentes capitalistas para convertirnos a algún otro modelo económico más apropiado para países de la ex Unión Soviética.

Permítanme citar lo siguiente desde Wikipedia:

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Los marxistas consideran que la sociedad capitalista se divide en clases sociales, de las que toman en consideración principalmente dos:

• La clase trabajadora o proletariado: Marx definió a esta clase como «los individuos que venden su mano de obra y no poseen los medios de producción», a quienes consideraba responsables de crear la riqueza de una sociedad (edificios, puentes y mobiliario, por ejemplo, son construidos físicamente por miembros de esta clase; también los servicios son prestados por asalariados). El proletariado puede dividirse, a su vez, en proletariado ordinario y lumpenproletariado, los que viven en pobreza extrema y no pueden hallar trabajo lícito con regularidad. Éstos pueden ser prostitutas, mendigos o indigentes.
• La burguesía: quienes «poseen los medios de producción» y emplean al proletariado. La burguesía puede dividirse, a su vez, en la burguesía muy rica y la pequeña burguesía: quienes emplean la mano de obra, pero que también trabajan. Éstos pueden ser pequeños propietarios, campesinos terratenientes o comerciantes.

Para Marx, el comunismo sería una forma social en la que la división en clases habría terminado y la estructura económica sería producto de «la asociación de los productores libres», y el producto social se distribuiría según el criterio «de cada cual de acuerdo a su capacidad; para cada cual según sus necesidades».

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Veamos ahora como la historia de Rolando Rivas, Marxista se ajusta exactamente a este modelo. En principio, Rolando es, tal y como lo indica el título, un taxista trabajador humilde y honesto. Más adelante en la tira, Rolando se encuentra con Mónica Helguera Paz, una sofisticada señorita dueña de una gran fortuna pero inmensamente desdichada. Desconsolada por algo que ese día le había ocurrido, abre la puerta y en plena marcha se arroja del taxi. A raíz del accidente es como Rolando y Mónica se conocen, surgiendo entre ellos una irresistible pasión que ni la diferencia de clases sociales logrará borrar. Eventualmente, Mónica sale de la vida de Rolando para emprender un largo viaje que la mantendrá alejada de su amado, con quien había surgido grandes diferencias. Más adelante en la serie, durante un viaje a Ezeiza, Rolando la reencuentra: ahora ella es azafata, ha quedado en la ruina y parece haber cambiado. Entre los dos renace el fuego que el tiempo parecía haber apagado.

Claramente, Rolando interpreta el rol del proletariado y Mónica representa a la burguesía, ambos distanciados por diferencias irreconciliables gestadas desde las propias posiciones sociales en que se encuentran. Algo más que el guionista nos deja bien en claro es el mensaje acerca de la caída del capitalismo, que abre la puerta y se arroja del taxi. En ese caso la caída es prácticamente literal: los burgueses van a morder el polvo mientras los trabajadores seguirán seguros y hacia adelante.

Aquí lo vemos a Rolando expresando su amor al comunismo: abraza a Marx, lee “El Capital” (de Marx), se autodenomina Marxista con un graffiti, lleva el emblema de la Unión Soviética y cuelga una bandera china en pleno centro.

Más adentrada la historia, la separación de clases sociales se profundiza al punto tal de que son irreconciliables, al menos hasta que Mónica queda en la ruina y es azafata. Se transforma de burguesa en prole, pudiendo ahora coexistir socialmente con Rolando. Esto es, ni más ni menos, lo planteado por Marx: “el comunismo sería una forma social en la que la división en clases habría terminado”. Finalmente, para los guionistas la historia finaliza cuando el comunismo ha triunfado por sobre los cerdos capitalistas.

- ¡Son choferes marxistas!
- ¿Y que vas a hacer ahora, Tito?
- ¡Voy a tirar todo a la mierda! 

Este mismo patrón es perfectamente observable en tanto se repite como base de cualquier novela se ha hecho alguna vez en la historia de la humanidad. Excepto Patito Feo, esa es acerca del viejo lema de que la belleza que cuenta es la de adentro. Frase que, obvio, inventamos los feos para no sentirnos mal al respecto. También inventamos otras genialidades como “No soy gordo, tengo huesos grandes” o “Soy petiso y me la piso”.

Ciertos rumores indican que gran parte del guión de la serie fue gestado dentro de los cuarteles del MST (Movimiento Socialista de Trabajadores). Pero ya tenemos a alguien infiltrado averiguando esta información:

Grande Tito!

Post dedicado a Fernando Sydor, que me tiró el título y por ende, la idea.