Si me gustan las canciones de amor
y me gustan esos raros peinados nuevos
ya no quiero criticar
sólo quiero ser un enfermero
Necesito un corte de pelo, urgente. Si mal no recuerdo, hace 4 meses o más desde que mi cabellera sufrió el ataque de las tijeras, y la situación está evolucionando en lo que parece ser un afro permanente o un casco natural capaz de defenderme de cualquier tipo de ataques. De hecho, estoy seguro que si me colocase un visor en la frente la policía no me detendría en los controles de tránsito dado que su vista confundiría la longitud y espesor de mis cabellos con un dispositivo de protección vehicular similar a un casco.
Tres cosas destacables en esta imagen: mi reverenda
cara de boludo, una toalla sucia y, lo que más relevante resulta al post, mi abundante e incontrolable pelo
Decidido a resolver el asunto con la intención de poder salir presentable a la calle y disminuir el consumo de gel, sin el cual la situación es incluso más dramática, tomé la firme decisión de ir a un peluquero. Algo tan simple como ir a un peluquero es tremendamente complicado para una persona tremendamente complicada como yo, en principio porque quiero ir a un peluquero, no a un coiffeur o un estilista. Mientras volvía a casa pasé por infinidad de “salones de belleza” repletos de mujeres histéricas y floggers, lugares a los cuales me negué terminantemente a ingresar para esperar con toda esa bola de insoportables que revisan revistas Gente o Viva con al menos dos meses de antigüedad. Luego de caminar 15 cuadras no encontré una sola peluquería, solo puros coiffeurs y estilistas.
A – Estilista: Probablemente la especie más bala conocida después del diseñador de interiores
B – Coiffeur: Hablan finito a causa de su sexualidad
difusa y ambigua
C – Peluquero de Barrio: Política, tango y quejas constante acerca de “cuando yo era joven”
Definitivamente las peluquerías son un mejor lugar para estar que los salones de belleza, comenzando por el elemento principal que lo caracteriza: el peluquero. Este es un tipo que puede variar entre lo canchero-charlatán y lo jubilado-amargado, pero bajo ningún punto de vista dudaremos nunca de su masculinidad recia; en cierta forma es la versión sofisticada del Cacho que ya describí antes. Lo otro que caracteriza a la peluquería son las revistas y la música: no esperen encontrar revistas femeninas como Gente o Caras, esperen más bien revistas El Gráfico viejas, suplementos desconocidos y de esos simpáticos libritos de chistes pelotudos pero graciosos; lo mismo sucede con la música, que bajo ningún punto de vista será algo cool como electro-pop o la Metro 95.1, la peluquería de barrio es un espacio para el tango y la radio AM donde hablan sujetos de voz gruesa y afectada por el tinto con soda. La guinda del postre son el resto de los hombres esperando para ser tijereteados con precisión, que miran permanentemente por la ventana para ver si pasan pendejas lindas y hacer comentarios al respecto a los gritos y siempre introduciendo acotaciones humorísticas provenientes de otros tiempos pero que para mi son totalmente nuevas. Además se produce cierta sensación de que durante esa media hora estamos todos en un asado y somos amigos, por lo que hay piedra libre para decir cualquier cosa que venga a la mente.
Sometimes you want to go
where everybody knows your name
Este post va dedicado a Arturo Cejas, mi peluquero de toda la vida que insiste en ponerme siempre un nombre diferente y más largo cada vez que lo llamo para reservar un turno (si mal no recuerdo, la última vez fue Damián de las Nieves Pastor) y a quien por la distancia no puedo visitar más de dos veces al año. Pero definitivamente, esa peluquería es uno de los pocos lugares en donde al instante de poner un pié adentro, me siento inmediatamente en casa.
5 comentarios:
Los peluqueros son un producto que intento consumir solamente cuando los necesito. Pueden ser nocivos como como tomar Pepsi con Crazy Dips.
Vos tenes que entender que hay unos cuantos placeres que te da la peluquería... bah, quizas no a vos, pero a mi esa media horita de espera mirando la Para Ti tiene su recompensa en el momento que me lavan el pelo y me hacen Spa de manos y pies... si, ahi si se justifica todo.
No soy asidua a peluqueria de barrio, la ultima vez que fui me dejaron un peinado al estilo Farrah Fawcet en lo Angeles de Charlie.
Entiendo perfectamente los argumentos expuestos por el público femenino, pero espero comprendan que aunque apoyo totalmente el concepto de estilistas y coiffeurs para damas, lo repudio totalmente en el caso de los hombres. Simplemente no me parece muy "masculino" que digamos. Para mi, peluquerías de barrio, para las damas, salones de belleza. Imprímase.
jeje, en esa foto me haces acordar a JD de scrubs
Que groso don Cejas... yo iba a cortarme cuando tenia la peluquería en San Lorenzo y Belgrano... luego se mudo, creo que a la avenida Italia y, ya me empezó a quedar lejos... porque para mi ir a la peluquería es un trastorno y el desplazarme tantas cuadras para cortarme el pelo, hace que decida invertir mi tiempo en algo mucho mas útil, como quedarme en la plaza viendo como pasan las chicas. Ahora tengo peluquero nuevo, en realidad es una peluquera, que aunque no me corta como quiero...me hace un masaje capilar muy relajante... como consecuencia, me voy feliz aunque la cabeza me haya quedado un desastre... en fin... Saludos Damián y otro para Carla...
Boli
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