Estén atentos, este post es una auténtica y soberana estupidez. Después no digan que no se los advertí.
Estoy seguro de que la mayoría de los lectores que se congregan frente a este manojo de letras que la internet ha dado en llamar blog, ha visto la película 300. Si, la de los espartanos que muy ligeros de ropa pero cubiertos de valentía y maloliente sudor decidieron hacerse atender por un montón de sujetos en peor estado físico que ellos. Si hay algo que sin duda deslumbró de tal film fue la particularísima estética que sus imágenes poseen, la cruda y sanguinolenta crudeza de las escenas más violentas, lo notorio de los abdómenes espartanos y la ausencia absoluta de cualquier capacidad de actuación para interpretar los papeles correspondientes. No es que la película haya sido mala, simplemente no es buena. Y eso no es todo: detrás de las armaduras melladas por la batalla se esconden secretos terribles e inimaginables para el bolsillo del caballero o la cartera de la dama. El elenco original de la película era sustancialmente distinto al que terminó en el film, de hecho tan distinto era que yo me encontraba en el reparto original, interpretando nada más ni nada menos que el papel del Rey Leónidas.
A-1 – Plancha de ravioles
A-2 – Raviol Gigante
Aún recuerdo el día que el director de la película se me acercó y con cierta prepotencia me dijo “Hugo, tenemos que hacer algo con esos abdominales, la película exige que estén bien tonificados y no… bueno… tan estirados como los tuyos”. Pero contratar actores como la gente estaba totalmente fuera de presupuesto, y así es como directores y productores dieron con una solución perfecta para el asunto: dejaron como actores principales a un montón de don nadie y contrataron a los actores de músculos exultantes como dobles de riesgo, para luego en el trabajo de postproducción dejar solo las escenas en donde estos últimos fueran protagonistas, borrando así la escuálida o fofa presencia, según fuera el caso, de los actores contratados en primera instancia. Solo con esa estrategia, el estudio podía ahorrarse millones de dólares que luego serían sin duda invertidos en el nuevo yate de alguien.
B.1 – Tabla de lavar la ropa
B.2 – Lavarropas Enorme
En primera instancia, y para intentar minimizar los costos aún más, intentaron colocarnos abdominales prostéticos de goma, pero rápidamente vieron que no se condecían con las papadas, caras de estúpido o delgados dedos miniatura de algunos de los actores. La solución tomada entonces fue la de los fortachones sin dotes actoriles. Ahora que conoces la verdad, no te dejes guiar más por los estereotipos de Hollywood, los actores de verdad tienen panza como Marlon Brando. Pero como no soy actor profesional tampoco, he tomado la resolución de bajar de peso y tonificar mis músculos. El plazo finaliza en diciembre… ¿lo lograré?
7 comentarios:
Nooo, que pena que te remplazaron por el "feo feo feo feo feo feo(golpeandome la cabeza)" de Gerard Butler...
Que pena que tuve que mirar esa abominación de actuación :P
Ahora entiendo porqué el desarrollo la historia se sentía tan fragmentado.
Bueno, al menos no soy el unico que tiene que ir al gym!!! la puta madre!!!
me cague de risa loco!
TE dejo un saludo
Ves? Sos hombre y los tornillos los tenes sueltos (o mucho muy ajustados).
Pero hablando en serio, es una gran pelicula, hombre que se pasan de sexy casi completamente desnudos y luchas... Sin mencionar el muro de muertos.
GIMNASIO VIEJO...DECIR GYM ES DE MORFETA
Don Cosme, al menos nadie utilizó la expresión "clases de spninning".
Jajaja. Me hicieron reír hasta los comments. 300 es malísima en muchos sentidos, ni hablar el histórico. Recomiendo para quienes la hayan visto vean "asi 300" una diez veces mejor y casi tan poco veraz como la primera (o quizá hasta un poco más). La foto de los gatitos es genial. Y bien por mantenerse en actividad ;) Fuerza y éxitos! Por suerte, esto no es Esparta.
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