Dialogando con un amigo evangelista sobre diferentes asuntos relacionados a la iglesia, la religión, el existencialismo y la doctrina peronista, llegamos a mencionar al Espíritu Santo encarnado en forma de bife de chorizo con papas fritas que viene a invitarnos a una vida celestial, libre de pecado y sin la opresión del capitalismo.
Espero que esta no sea la paloma blanca de la que habla el nuevo testamento.
Profundizando sobre la conversación, llegamos rápidamente a la conclusión de que José (el “padre” de Jesús”) o bien era un buen tipo, o un boludo bárbaro. Convengamos, el sujeto se creyó la historia de María respecto a que una-paloma-blanca / lenguas-de-fuego / luz-celestial la dejo embarazada sin tocarla y que de hecho seguía siendo virgen. Pero que a José le tocaba criar la criatura. Y que planeaba morir virgen, así que nada de hacerse el loco. Definitivamente, o era una excelente persona o los viajes con LSD le pegaron mal y terminó creyendo cualquier verdura.
Imposible no imaginarse la situación: José llega temprano de la carpintería para darle una sorpresa a María, entra a la habitación y se la encuentra en actitud sospechosa con el espíritu santo:
1 comentario:
Jaja veo que somos muchos los que nos imaginamos esa situacion!!!
Un abrazo!
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