A lo largo de la historia de nuestro planeta muchas especies nos han abandonado, algunas en manos de los eventos naturales, otras han desaparecido gracias al toque destructor de la mano del hombre, y otras simplemente evolucionaron y construyeron naves espaciales para así poder vivir en la inmensidad del espacio exterior. Hablo, claro está, de los Spacecats.
Pruebas irrefutables de la existencia de los Spacecats
Sin embargo, hay dos especies extintas que tienen particular poder de atracción sobre los hombres. Una son los dinosaurios, de quienes aún estamos tratando de explicarnos como fue que desaparecieron de un día para el otro; el otro es Jesús, quien como todos lo sabemos fue diferente a los humanos en todo sentido, tratándose de una especie a mitad de camino entre lo divino y lo humano incaracterizable por los cánones de la antropología tal y como la conocemos. Pero, mi querido lector, la desaparición de los dinosaurios y la desaparición de Jesús podrían estar vinculadas en una forma mucho más íntima de la que podría sospecharse.
Sabido es que ciencia y religión tienen a no estrechar lazos y que lo aprobado por uno suele ser desaprobado por el otro. Quienes defienden la teoría de la evolución dicen que los dinosaurios se extinguieron porque no les quedaba otra, los que defienden el creacionismo insisten en que nunca existieron porque no están en la Biblia. Pero vengo aquí para instarlos a estrechar sus manos cordialmente a pesar de la oposición mutua, porque los dinosaurios y Jesús son una sola cosa. Literalmente.
JESÚS VELOCIRAPTOR
El se extinguió por tus pecados
Muchos deben estar visiblemente perturbados por la imagen de Jesús con apariencia de dinosaurio, pero no hace otra cosa más que reforzar lo que dije en un principio: son exactamente lo mismo. Igual de perturbadora resulta la imagen opuesta de un dinosaurio con aspecto muy similar al de Jesucristo:
Les presento a Jesusaur.
Existe, créanme.
Tiene su propio sitio web.
Hasta hace poco desconocía acerca de los menesteres que aquí les presento, pero las teorías que vinculan a Jesús con los dinosaurios me llegaron de imprevisto investigando para posts anteriores, pero la idea es tan fascinante que no puedo evitar traérselas por este medio. Lo interesante es ver como es perfectamente posible encontrar posturas aparentemente opuestas pero que de alguna forma apoyan la coexistencia de los dinosaurios y Jesús.
CREACIONISMO
¿Billones de años y selección natural? Imposible.
¿Seis días y un Barbudo Mágico? ¡SI!
Como podemos ver en la imagen anterior, Jesús abraza y cuida de un pequeño velociraptor (probablemente de su propia descendencia puesto que como les hice notar al principio, existe el Jesús Velociraptor), sustentando la posibilidad de que ciencia y religión pueden ir de la mano. Igual de positiva es la siguiente imagen de un T-Rex sosteniendo una biblia e incitando a los niños a leerla.
Evolución: este dinosaurio tiene pulgares opuestos,
sabe leer y cree en Dios.
Así que esta navidad estamos celebrando mucho más que el nacimiento de Cristo, estamos celebrando la reconciliación eterna entre ciencia y religión. Y capitalismo. No se olviden de comprar pan dulce y regalos.
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