Superhéroe (Que Nunca Te Salvaría la Vida)

Pareciera que este fin de semana el mundo de los blogs que sigo se ha sincronizado de alguna forma para pensar en superhéroes y sus variantes. Así, encontré en Proyecto FIUBA un hilarante post acerca de Batman y en .no arranca mi walkman. uno más reflexivo acerca de los gemelos fantásticos.

Sumado a esta tendencia blogger, alentado por los siempre científicos comentarios de mi esposa, pensé en un superhéroe nuevo. Uno particularmente inútil y bastante patético. Déjenme presentarles al…

Tal y como su nombre lo sugiere, el Hombre Fotosíntesis tiene la propiedad de hacer fotosíntesis, lo que le aporta dos ventajas claras sobre sus enemigos: por un lado, no se lo puede asfixiar dado que su proceso respiratorio es a través de la piel y no necesita oxígeno para respirar; y tampoco se lo puede ahogar en aguas proco profundas. Siempre y cuando pueda ser iluminado por los rayos del sol, el Hombre Fotosíntesis estará perfectamente bien. Incluso, si se le amputa un miembro, este crecerá nuevamente como un helecho hace crecer las hojas perdidas en manos de la tiranía del otoño. Pero es justamente esta dependencia de los rayos solares su talón de Aquiles: el Hombre Fotosíntesis puede morir si se lo deja en la oscuridad.

– Muahaha, hemos robado el banco con éxito
– ¿Escuchaste esos ruidos? ¡Seguro es el Hombre Fotosíntesis que viene a buscarnos! ¡Estamos perdidos!
– No te preocupes, apenas entre lo encerramos en la pieza y le bajamos la persiana.

¿Ven cual es el problema? El Hombre Fotosíntesis no solo carece de cualquier capacidad de ataque, sino que su defensa es igualmente pobre. Igual podríamos suponer que peleando contra los maleantes correctos, podría llegar a ser de utilidad. Totalmente incorrecto, el Hombre Fotosíntesis pelea contra vampiros. Si si, ni siquiera se ha buscado enemigos con los cuales tenga coincidencia horaria, solo puede pelear con ellos durante los momentos del día que están exactamente a mitad entre el día y la noche, lo que le deja una ventana de aproximadamente 40 segundos diarios para salvar al mundo de los vampiros. Previsiblemente, cuando él puede entrar en acción los vampiros ya están durmiendo plácidamente en sus ataúdes, al oscurito como corresponde para salvaguardarse de este intento de héroe. Patético.

Este árbol de la derecha conservadora manifiesta
su repudio ante un superhéroe inútil que hace quedar
a todo el reino vegetal como idiotas

Como todo superhéroe de los nuevos, en realidad se trata de un ser humano común y corriente que ha sufrido algún tipo de trauma o modificación externa (a diferencia de Superman, tal y como lo constata este post). Su identidad secreta es desconocida para el mundo en general, pero podemos constatar que responde al nombre de Roberto y que adquirió sus poderes después de quedarse 3 meses encerrado en un invernadero, período durante el cual migró sus hábitos alimenticios hacia lo plenamente vegetariano. También desarrolló una ligera adicción hacia los agroquímicos, afección que explotó durante su adolescencia, período de su vida en el que formó parte de la exitosa banda de rock Led Zeppelin y aprovechó para combinar los agroquímicos con otro tipo de sustancias como el Odex o el Rivotril. Para ese entonces, nuestro querido Roberto, consciente de sus poderes, ya se hacía llamar Robert Plant.

Conforme la banda caía en desgracia y sus poderes se incrementaban, Robert descubrió que le era perfectamente posible pasar períodos de tiempo prolongados en aguas poco profundas sin tener ningún tipo de secuelas o inconvenientes, situación comúnmente llamada “dormirse arriba de vómito”. Así, decidió un último cambio de nombre y un último cambio para su vida. Se dedicaría a luchar contra el mal (particularmente, los vampiros), en las calles sería llamado Hombre Fotosíntesis; y en la vida cotidiana sería llamado Robert Plankton, nombre este último inspirado en el submarino personaje de Bob Esponja.

Roberto Plankton en los 70,
al frente de su exitosa banda

Estén advertidos, vampiros de todo el mundo. Si tienen la muy mala suerte de encontrarse al Hombre Fotosíntesis, no hay que temerle, alcanza con hacerle sombra.