sábado, 5 de septiembre de 2009

Remoto

Sin duda los habitantes de esta bolita azul llamada tierra nos hemos vuelto sujetos más ansioso, apurados, actuamos con premura y casi nunca nos damos tiempo para el análisis y la reflexión acerca de lo que acontece a nuestro alrededor, lo queremos todo, y lo queremos ahora mismo. Incluso cuando  solicitar tal velocidad sea algo irracional e imposible. Los medios de comunicación han acelerado aún más estos procesos, y tenemos la plena conciencia de que con solo descolgar un teléfono y marcar (siempre y cuando no seamos aún más eficientes para entablar una comunicación, sacando el celular del bolsillo y marcando un número grabado en el speed dial) podremos comunicarnos con cualquier otra persona que vendrá a solucionar nuestros problemas. Si, las personas siguen insistiendo en que les solucionen todos los problemas por teléfono.

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Habla Sebastián. Mientras atiendo esta llamada
estoy hablando con amigos por MSN, viendo fotos
de Liz Solari en bikini y preparando una partida
on-line de Counter Strike. ¿En que puedo ayudarlo?


Si bien es lógico y cómodo esperar que nos solucionen problemas de tipo administrativo en forma telefónica, fieles a nuestra costumbre de tomar el codo cuando nos dan la mano, hemos decidido tener este modus operandi para absolutamente cualquier otra situación problemática que tenga el desatino de cruzarse en nuestro camino. Pensemos sino en los los técnicos en reparación de PC (también conocidos como “la gente de IT”, “los nerdos” o “el gordito salame ese que sabe de computación y usa siempre la misma remera de Star Trek”), que reciben constantes llamadas de clientes u operadores de PC que proceden a indicarle con absoluta precisión “la máquina no anda”, “se cuelga todo” o “me tira un cartelito de error” y que pretenden recibir información telefónica acerca de como solucionar el inconveniente sin darle tiempo al técnico a revisarla o siquiera entrar en contacto con la misma. Reconocemos su apuro, pero como representante de esta gente les puedo decir que la mayoría de las veces es virtualmente imposible darles tales instrucciones a simples mortales como ustedes.

”Alo IT… Have you tried turning it off and on again?”


Lo mismo suele suceder con el mecánico, aunque aquí los entendidos en el tema al menos serán tan inteligentes como para al menos dar un indicio al interlocutor acerca de cual parece ser el problema, o al menos describir los sonidos procedentes del auto (siempre que algo se rompe, suele haber sonidos extraños) y en que circunstancias. Pero de muy poco importará, al no disponer de repuestos a mano eventualmente tendremos que ir hasta el taller mecánico de todas formas para que alguien descuartice nuestro amado medio de transporte. Sin embargo, el llamado telefónico donde intentaremos descifrar “que es lo que tiene al auto” será prácticamente inevitable, como si de alguna forma saber que está ocurriendo le quite complejidad o importancia al asunto. Estarán también quienes levantarán el capot del auto solo para ver que hay abajo, aún a plena conciencia de que no entienden absolutamente nada de lo que hace alguno de esos dispositivos o que fluido va por cual conducto.

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Rápido: ¿Cual se parece más a su mecánico de confianza?
¿Y a cual preferirían llevarle al auto?
Lo sospeché desde un principio…


El extremo de la vagancia de acción en reemplazo por el llamado telefónico se da en los servicios de salud. Diariamente, miles de personas llaman a las clínicas, farmacias, hospitales, centros de salud o incluso a los propios teléfonos personales de profesionales de toda índole solo para indicar “Doctor, me duele tal cosa… ¿Que podría ser? ¿Que puedo tomar?”. Vamos por partes: en primer lugar, eso que le duele no está a simple vista y probablemente se necesiten radiografías/tomografías para poder ver en claridad cual es el problema; en segundo lugar, eso podría estar a punto de matarlo y usted está hablando plácidamente por teléfono; en tercer lugar, cualquier profesional que lo medique por teléfono es una persona de profesionalismo cuestionable; en último lugar, seguro lo van a hacer ir al consultorio lo mismo para revisarlo. Por si la gente no lo tiene en claro, el cuerpo humano es ligeramente más complicado que lo que parece en televisión.

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Este es el tipo de profesionales que te cura
los problemas telefónicamente. Además, te
cuestan $400 de prepaga todos los meses.

3 comentarios:

Tyler Durden dijo...

Todos tenemos un sebastiancito adentro jaja

Onirica dijo...

haaaaa.... odio cuando me dicen que apague y vuelva a prender!!!! LO ODIO!!!!!

alelé dijo...

Yo hago entre otras cosas, algo de soporte técnico de equipamiento médico, y cada tanto me tengo que bancar que una persona que nunca vio el equipo me llame a las 12 de la noche para que le explique como se usa!
Sepanlo!! La mitad no sabe usar los equipos, no se confien!!!

Uyyy que vena me quedó ahora!

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